dimecres, 9 d’agost del 2017

Hembrismo' y 'feminazismo', dos inventos del machismo

'Hembrismo' y 'feminazismo', dos inventos del machismo
Ambos términos nacen del intento de deslegitimar el feminismo

Seguro que tú también estás harta de leer comentarios acerca del hembrismo, que se utiliza erróneamente como antónimo o contrario de machismo. Lo mismo ocurre con el feminazismo, un concepto creado también por el machismo que no se basa en una realidad sino que forma parte del intento de deslegitimar al movimiento feminista, así como del desconocimiento acerca de lo que es el feminismo. Son términos creados por grupos o personas que se resisten a perder sus privilegios de género.


El problema es cómo la manipulación, el uso reiterativo y los intereses del patriarcado convierten dos términos despectivos hacia la lucha por la libertad, igualdad y derechos de las mujeres en palabras comunes en las redes sociales o el día a día.

Hacer creer, mediante la palabra hembrismo, que existe un sistema equivalente al machismo con actitudes de abuso de poder para sostener un desequilibrio favorable a las mujeres respecto a los hombres, supone ignorar la sociedad machista en la que vivimos y cómo el patriarcado ha ejercido históricamente control sobre las mujeres, ya sea a través de las leyes, las religiones, la economía o la violencia. Es fácil encontrar ejemplos de machismo a pie de calle, una buena fuente para ello es el proyecto Sexismo Cotidiano fundado por Laura Bates, pero basta con observar la actualidad para encontrarnos con ejemplos especialmente graves de cómo el machismo es un problema social:

La India, Mexico, o los países en conflicto bélico son lugares en los que ser mujer en un riesgo de violencia sexual, feminicidios o prostitución forzosa.
Las mujeres no acceden en igualdad de condiciones a los salarios y en algunos países ni siquiera a derechos ya conquistados por el feminismo en otros estados, como el derecho al voto.

Un tercio de las mujeres en el mundo han padecido en algún momento de su vida violencia machista, considerada una 'pandemia' por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas situaciones (cuatro de muchas) no se dan en sentido contrario, no existen grupos de mujeres que ejerzan esa opresión hacia grupos de hombres, ni se atacan los derechos de los hombres en base a construcciones de género. Es más, a pesar de los ataques hacia el feminismo, una de sus características más destacadas es que siempre ha sido un movimiento pacifista, incluso en los momentos de mayor tensión, como por ejemplo, la recta final de las protestas de las sufragistas británicas. El machismo mata, el feminismo no. Y el hembrismo, no existe.

Por supuesto que hay casos de violencia y abusos de mujeres hacia hombres, pero ni son un problema global colectivo ni se entienden como parte de una estructura matriarcal de abuso de poder.

'Feminazismo', un término que nace del odio a la mujer
El creador de la palabra 'feminazi' es Rush Limbaugh , un comunicador de extrema derecha de Estados Unidos, que hizo popular el término en la década de los 90. Actualmente, apoya al candidato republicano Donald Trump en las primarias de EE.UU.

Y como señalan Michael Kaufman y Michael Kimmel en su libro 'The guy's guide to feminism' ('Guía de feminismo para hombres'), se trata de un buen ejemplo de la forma en la que se tejen las reacciones contra el feminismo. "Consiste en asociar algo que tú no soportas con algo que nadie soporta, esperando así que la gente se ponga de tu lado", señalan.

Así, Limbaugh, famoso por sus ataques a las mujeres y al feminismo, unió 'fem' al 'nazismo', la filosofía política que dio lugar a un sistema totalitario, negación de derechos y genocidio de poblaciones enteras como la judía, gitana o las personas homosexuales.

En el mismo texto, Kaufman y Kimmel citan a Gloria Steinem que demuestra lo incongruente e irracional de este término: "Hitler llegó al poder oponiéndose a un fuerte movimiento feminista en Alemania, cerrando las clínicas de planificación familiar y declarando el aborto un crimen contra el estado, puntos de vista que se acercan a los de Rush Limbaugh".



Devolver el feminismo a la calle no hace otra cosa que atacar la cultura que tenemos todos. Sí, porque todos estamos insertos en una cultura machista y nos guste o no tenemos características y/o actitudes que podrían ser catalogadas como tal. Eso no quiere decir que al cuestionarnos la cultura en sí, el patriarcado y las desigualdades en el poder no podamos ir disminuyendo esas características y siendo críticos con la sociedad y con nosotros mismos. Aún así, lo que hace el machismo es defender este status quo, no lo cuestiona, y por cualquier razón tilda de “feminazis” a quienes sí están haciendo la tarea de reflexionar sobre este problema. Es así que “feminazis” es una respuesta fácil, de gente que simplemente no quiere (y que tampoco le da) para hacer sus propias reflexiones sobre el machismo y cómo se ha ido forjando el poder masculino en la historia.

La lucha del feminismo ha renacido desde la dictadura, y es por esto, que pareciera más difícil volver a insertar lo político en un espacio público que fue ejecutado. Un espacio político que fue suplantado por malls y tiendas de retail. Es en este contexto, que las feministas tenemos la misión de volver a hacer hablar al feminismo desde la calle y para la calle.

Sin embargo, pareciera también que el crecimiento de las redes sociales y del feminismo como una “moda” ha impulsado a despolitizar el movimiento. Hoy es fácil alegar que cualquiera es machista, sin considerar que nosotros somos parte de ese todo. El machismo no es una característica aislada de algunos individuos, sino que es una estructura política de nuestra sociedad que todos aprehendemos. Somos una cultura machista y esto no es algo exclusivo de los hombres.  El machismo es algo que podemos criticar y que podemos ver en nosotros mismos. Lo importante para quitarse el patriarcado de encima es, independiente del género, reflexionarlo y pensar que el feminismo es una lucha de liberación que ataca justamente el machismo más impío.

Así también, nosotras como mujeres debemos comprender que el feminismo no es un arma que podamos usar sin criterio alguno en contra los hombres. No es un arma para atacarlos. Las mujeres no deberían utilizar la causa del feminismo para alcanzar puestos de trabajo, generar polémicas sin fundamento o para generar favores individuales que sólo le sirvan a ella. El feminismo es algo muy serio como para utilizarlo para generar daño.

Es por esto que debemos entender el feminismo con una revolución política, en donde hombres y mujeres pueden alcanzar la igualdad plena, y con ello, la libertad para vivir en sociedad de una forma pacífica y justa. Tenemos que reflexionar constantemente sobre el machismo para lograr erradicarlo. Preguntarse el por qué el mundo funciona como funciona. Preguntarse sobre la justicia. Quienes acusan de “feminazi” a cualquiera por querer una ley de cuota, o por no querer que te “”piropeen” en la calle, es porque no son capaces de entender que la desigualdad genera violencia. El feminismo es un tema muy serio. Es complejo y amplio. Debe ser tomado con el peso suficiente porque gracias a él las mujeres hemos visto mejorar nuestra vida a lo largo de la historia.




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GENIAL PENSAMENT

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"Cuando tenía cinco años, mi madre siempre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Un día, cuando entré a la escuela, me preguntaron qué quería ser de mayor. Yo escribí "feliz" . Me dijeron que no había entendido la pregunta, y yo les respondí que ellos no entendían la vida". —John Lennon —

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